viernes, 12 de junio de 2015

El Pirlo boliviano que vive su primavera con la Verde


"El nuevo Andrea Pirlo”. Así llamó Filippo Inzaghi al centrocampista boliviano Sebastián Gamarra cuando lo vio jugar en las categorías menores del AC Milán.
Tan encantado quedó con él, que Pippo, en ese entonces técnico rossonero, lo convocó para que practicara con el primer equipo. El joven de 18 años y 1,78 de estatura sonríe tímidamente cuando se le pregunta por ese hecho y explica que no siente presión al ser comparado con el astro italiano del Juventus.
"Para mí es un honor ser comparado con Pirlo. Es un honor que Inzaghi me llame así porque jugó mucho tiempo con él, lo conoce y dice que tengo su tranquilidad de juego. Esto es algo lindo”, afirma el centrocampista de la categoría Primavera del Milán. Pese a su juventud, Gamarra sabe lo que quiere y piensa siempre a futuro. Parece que se adelantara a todo. Tanto, que desde Italia, cuando supo que estaba entre los llamados por Mauricio Soria a esta Copa América, le pidió videos del equipo para conocer lo que el seleccionador quería con la Verde y ponerlo en práctica.
"Trabajé duro. Le pedí al profe videos para adelantar mis tiempos, porque tengo poco tiempo en la Selección para engranar bien”, agrega con una madurez que sorprende. Como adelantada fue también su llegada a Italia a los 11 años para integrarse al equipo Sub-13 del Brescia.
Gamarra, nacido en Tarija el 15 de enero de 1997, es parte de la Selección absoluta de Bolivia sin haber jugado en ninguna categoría para su país. Muy pequeño se trasladó a Santa Cruz de la Sierra, en donde ingresó a la Academia Tahuichi y en Brasil, en un torneo en el que salió campeón, un busca talentos lo contrató para el equipo italiano. Con el Brescia ganó la Gothia Cup, el campeonato mundial de categorías inferiores de clubes más importante, salió goleador y fue elegido mejor jugador. Luego se enfrentó al Milán, le marcó tripleta y el cuadro rossonero le pagó al Brescia por sus derechos deportivos un millón de euros y cedió a dos jugadores de su cantera.
Ya firmó su primer contrato profesional por cinco temporadas y con Inzaghi como técnico fue invitado en tres ocasiones a entrenarse con los "más grandes”. Le resta importancia al hecho de ser el Baby Gamarra, como le llamó el diario italiano la Gazzetta Dello Sport, que le dedicó parte de su portada recientemente. "No me considero un niño. Trato de enfrentar esto como un adulto y aprender de mis compañeros”, concluye.

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